martes, 11 de agosto de 2015

UN PLAN PARA OXIGENAR LA VIDA POLITICA MEDITERRÁNEA

UN PLAN PARA OXIGENAR LA VIDA POLITICA MEDITERRÁNEA

La Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas del Mediterráneo (ACM), celebrada en Albania estos días, crea una Fundación para tejer recursos de influencia política en la zona.


Lola Bañón Castellón. Miembro del Circulo ACM de Valencia.

En tiempos de fuerte crisis y pesimismo, ver a un grupo de personas de todos los países del Mediterráneo compartiendo discusiones supone un soplo de aire fresco en el ambiente de un verano muy pesado en Albania. En Tirana la gente comenta que hace años que no tienen temperaturas tan altas. El clima evidentemente ha cambiado y esta sensación térmica acompaña el sentimiento de que estamos en un mundo imprevisible. Los  mediterráneos, en este encuentro de Tirana, nos miramos a la cara sabiendo que el mar nos arde por todas partes. En nuestro caso no es metáfora.

Ahora mismo, el Mediterráneo es el centro de problemas del mundo. Escuchamos testimonios de Grecia y Siria. Las palabras de los compañeros de estos países han llenado de emoción el encuentro. Hoy, nuestro espacio de complicidad en el mar común es un ámbito de tragedia cotidiana en el que intentamos levantar una estructura de discusión y debate capaz de generar músculo para entrar en el ámbito de la influencia política, en el nacimiento de una perspectiva hasta ahora invisibilizada.

En un país en guerra es imposible el trabajo de una organización de activismo ciudadano. El representante  de la ciudad siria de Alepo en la reunión dice que es el “circulo del infierno”, entre bombas y muertes de civiles. También los compañeros griegos han descrito en primera persona el impacto de la catástrofe económica y social griega.

La perspectiva mediterránea ha sido sistemáticamente ignorada en la estructuración política internacional. Sin embargo, ahora, la crisis es tan intensa y compleja que requiere de la emergencia de nuevos líderes, de actores de la sociedad civil que no vinculados  forzosamente al establishment  tradicional. Tenemos una demografía joven. Sí, es cierto, acosada por el paro, la violencia, la desesperanza… Pero supone un capital humano inmenso, una riqueza que hay que movilizar.

Hay que visibilizar nuestra posición y ello solo es posible con la construcción de un espacio de pensamiento, diálogo y proposición, con estructuración suficiente como para establecer conexiones e influencia en el ámbito político.  La perspectiva de género y la independencia de pensamiento son fundamentales en este proceso.

Los pueblos del Mediterráneo están obligados a generar una red de complicidad política, social y cultural porque la alternativa es la eternización de la extrema crisis en la que viven nuestras sociedades. La diversidad de nuestras situaciones supone una dificultad a la hora de elaborar una posición conjunta y, no obstante, los Círculos de la ACM de cada país, están empeñados en ello.

La ACM pretende subrayar la dimensión mediterránea de la ciudadanía. Y desde ese punto de vista, abre nuevas perspectivas, otras oportunidades de visibilización de agentes sociales, de nuevos agentes. Es justamente el relativo fracaso del llamado proceso de Barcelona, iniciado el 1995, lo que hace imperativa la necesidad de construir una interlocución ciudadana mediterránea que tenga credibilidad y consistencia para su presencia en foros internacionales.

El concepto de ciudadanía, tan presente en las nuevas propuestas políticas y sociales presenta aún dificultades de definición práctica para millones de personas: la marginalización de las nuevas generaciones de la vida política y económica y la aparición de inmensas bolsas de pobreza está dejando sin derechos a muchos. La desafección política, por otra parte, prepara los caminos para peligros que ya se presentan en el horizonte: la extrema derecha cuenta con un apoyo nada despreciable especialmente en algunos países del Mediterráneo norte, como Francia o Grecia, en donde cuentan incluso con estructuración política consistente. Otros extremismos aparecen y se desarrollan.

Miles de emigrantes ahogados en el Mediterráneo, miles de muertos en las guerras de Siria y Libia, miles de afectados por una crisis económica voraz que ha destruido a buena parte de una clase media incipiente…Son evidencias de que la política tradicional deja sustanciales temas pendientes. Son cuestiones tan capitales que no pueden ser resueltas directamente por los ciudadanos. Pero sí son ellos los que han de presionar e intensificar la voz de alarma para la acción institucional, que en nuestra zona no se muestra contundente.

La Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas del Mediterráneo ha decidido incrementar su implicación directa en esa perspectiva. En unos meses instalará su Fundación en Valencia, la ciudad en la que nació la red a iniciativa, entre otros, del entonces eurodiputado socialista Vicent Garcés. La conformarán prioritariamente personas procedentes del ámbito mediterráneo. En Tirana, Círculos Ciudadanos procedentes de 19 paises mediterráneos han apoyado la creación de una entidad que es peculiar dentro de nuestro ámbito geográfico, pues pretende construir influencia política y cultural desde la transversalidad, integrando  personas de diferentes posiciones políticas y religiosas,  y de diversos países. El mandato del encuentro de la ACM  tenido en Albania  es organizar la presencia pública de la identidad mediterránea, formulada hasta ahora con profusión en la literatura, pero diluida bajo el impacto de las políticas gestadas a miles de kilómetros de nuestro mar. 

Valencia, 28 de julio de 2015